Alberca seca y en ruinas hoy que llegó a ser alberca de riego y lugar clandestino de baño para chavales de muchas generaciones.
Un rectángulo de mortero y piedra de veinte metros de largo por cinco de ancho hacía presa a una pared por donde manaba el agua, siendo a su vez manantial cuando no estaba llena.
Un lugar lleno de vegetación palustre, con espadañas y juncos. Alberca de ranas y planorbis en sus paredes. Otro de los desafortunados lugares que, debido a las captaciones de agua para suministro, se han secado.
Junto a La Charca, y en la zona conocida como Las Alberquillas, se encuentran los restos de una decena de albercas, alguna activa aún, que corren el riesgo próximo de desaparecer. Son albercas antiguas de mortero de finales del siglo XIX y principios del XX con posteriores restauraciones con cemento. Unas se han secado sus fuentes, otras han caído en desuso por la aplicación de pozos con sistemas mas avanzados de riego.