El lugar con más restos de caleras es el denominado Albercón Bajo, un emplazamiento de la Finca del Moral.
Relativamente bien conservada, de cuatro metros de diámetro y afectada por galerías de lagomorfos.
En la actualidad, y como muchas de las antiguas caleras, está rodeada de un monte denso.
Este monte fue en su día bien elegido, al disponer de buena madera y matas de sotobosque con buena capacidad pirófila, como lo son las aulagas, jaras y retamas, que encendían rápido la pira.
La proximidad al camino, los conejos y sus galerías, o el abandono hacen que la zona se enfrente a un deterioro irreversible.