Explotada hasta hace unos décadas, ha sido la última en cesar su actividad.
Se enclava dentro de una nave.
Esta cantera por su cercanía al pueblo (ya ha quedado incluso dentro del casco urbano), es bien conocida.
Su cal era vendida por su propietario hasta no hace mucho en una tienda de su propiedad.
La comercializaba en sacos y sin enfriar (sin aportar agua).
La solución era utilizada para pintar las casas y patios de los pueblos.