Situada a un kilómetro de distancia del Cortijo de Perpiñán, en el paraje conocido como Estanque de Vega, a tres kilómetros de Íllora, en la ladera sur de la Sierra de Parapanda.
La puerta está orientada al sur, reforzada la fachada y parte del interior con mortero, con refuerzo en el techo, alcanza tres metros de altura.
La orientación de la choza tiene su origen en la era, construida a escasos cinco metros de distancia, donde se desarrollaban las faenas de trilla, aventado y envasado del trigo.
Existe una fuente y una alberca a veinte metros. La edificación de esta choza, al borde de la era y cerca de la fuente, por parte de los labradores, servía durante todo el año: como refugio en las noches de verano, durante la cosecha; en las tormentas, y en invierno con la recogida de la aceituna, era el lugar para la comida.
En el interior se puede observar una curiosa chimenea hecha con el mismo material de piedra y en una perfecta simetría.
Este refugio, por su consistencia y forma de realización, creemos que puede ser una pieza, junto con otras más, de una arquitectura más antigua de lo que se cree. Junto a la choza se han hallado puntas de lanzas realizadas en piedra.
Unos trazos de pintura señalan la choza que posiblemente sea un resto arqueológico de gran valor.